El amor sexual, en cualquiera de sus variantes, constituye asimismo un amor marcadamente egoísta; lo que se manifiesta como un altruismo hacia la pareja constituye una manifestación de puro egoísmo respecto al resto de la sociedad; el propio acto sexual se desarrolla bajo un estado de egoísmo personal en el que el individuo busca su propio placer, ya sea de forma directa o por la gratificación que le produce el placer de su pareja. En la misma línea, Sigmund Freud consideraba que todas las motivaciones humanas tenían un trasfondo libidinoso, y, por lo tanto, egoísta. Al considerar el amor compasivo sublimado, describe al amor como un comportamiento exclusivamente narcisista; para él las personas solo aman lo que fueron, lo que son, o lo que ambicionan ser; distingue, incluso, entre grados saludables y patológicos de narcisismo. Escribió, entre otras cosas, que el amor incondicional de una madre lleva a una perpetua insatisfacción: «Cuando uno fue incontestablemente el hijo favorito de su madre, mantiene durante toda su vida ese sentimiento de vencedor, mantiene el sentimiento de seguridad en el éxito, que en realidad raramente se satisface». Es una forma de entender las relaciones humanas que se ha extendido durante el siglo XX desde Estados Unidos a otros países occidentales, y actualmente existe una dura pugna entre sus defensores y detractores. Francia y Argentina son los dos países que más se resisten a abandonar la cultura del psicoanálisis. En España, más del 9% de los psicólogos siguen ya este paradigma.
sábado, 26 de noviembre de 2011
Amor Cortes
El amor cortés es una filosofía del amor que floreció en la Provenza francesa a partir delsiglo XI. El amor cortés era una concepción de la Europa medieval que expresaba el amor en forma noble y caballeresca.1 En general, el amor cortés era secreto y entre los miembros de la nobleza.2 Generalmente, tampoco se practicaba en parejas formales (era, en la mayoría de los casos, adúltero).2 3 La teoría del amor cortés supone una concepción platónica y místicadel amor, que se puede resumir en los siguientes puntos:
§ Total sumisión del enamorado a la dama (por una transposición al amor de las relaciones sociales del feudalismo, el enamorado rinde vasallaje a su señora).
§ La amada es siempre distante, admirable y un compendio de perfecciones físicas y morales; siempre está casada y su marido (gilós), normalmente un noble o señor feudal, es advertido por las voces de los acusadores (lausengiers).
§ El estado amoroso, por transposición al amor de las emociones e imaginería religiosas, es una especie de estado de gracia que ennoblece a quien lo practica.
§ Los enamorados son siempre de condición aristocrática (aunque tambien es común que el enamorado sea de condición social más baja que la amada).
§ El enamorado puede llegar a la comunicación, con su inaccesible señora, después de una progresión de estados que van desde el suplicante (fenhedor, en occitano) al amante (drut).
§ Se trata, frecuentemente, de un amor adúltero. Por lo tanto, el poeta oculta el objeto de su amor sustituyendo el nombre de la amada por una palabra clave (senhal) o seudónimo poético.
Amor Romantico
El amor romántico es uno de los modelos de amor que fundamenta el matrimonio monogámico y las relaciones de pareja estables de las culturas modernas, principalmente las occidentales.
Características
El amor idealizado es considerado como un sentimiento diferente y superior a las puras necesidades fisiológicas, como el deseo sexual o la lujuria, y generalmente implica una mezcla de deseo emocional y sexual, otorgándole, eso sí, más énfasis a las emociones que alplacer físico, a diferencia del amor platónico, que se centra en lo espiritual. Algunos analistas recientes1 inciden en que las características más señaladas de este tipo de amor se confirman y difunden a través de relatos literarios, películas, canciones. Se trata de un tipo de afecto que, se presume, ha de ser para toda la vida (te querré siempre), exclusivo (no podré amar a nadie más que a ti), incondicional (te querré pase lo que pase) e implica un elevado grado de renuncia (te quiero más que a mi vida). Pilar Sampedro caracteriza el amor romántico de la siguiente manera:
Algunos elementos son prototípicos: inicio súbito (amor a primera vista), sacrificio por el otro, pruebas de amor, fusión con el otro, olvido de la propia vida, expectativas mágicas, como la de encontrar un ser absolutamente complementario (la media naranja), vivir en una simbiosis que se establece cuando los individuos se comportan como si de verdad tuviesen necesidad uno del otro para respirar y moverse, formando así, entre ambos, un todo indisoluble.
Un aspecto del amor romántico es la aleatoriedad de los encuentros que conducen al amor. La cultura occidental ha enfatizado históricamente el amor romántico mucho más que otras en las cuales los matrimonios arreglados son la regla. Sin embargo, la globalización ha extendido las ideas occidentales sobre el amor y el romance.
Críticas
Según ciertos analistas modernos este modelo de amor idealizado crearía falsas expectativas y conduciría irremisiblemente a lafrustración y el fracaso afectivo, al confundir apego (que es un estado afectivo perdurable) con enamoramiento (que es un proceso previo al apego y de menor duración). Según esta perspectiva de análisis psicosocial, el amor romántico se basaría en la anulación a través de la renuncia de uno mismo, y sería la base, en cierta medida, de la violencia en el noviazgo. Así, y según estas teorías, aunque originalmente el amor romántico habría supuesto un estímulo para la emancipación femenina, al haber la mujer interiorizado unrol social incompatible con la felicidad terminaría atrapada en una maraña invencible de obligaciones que le dificultaría finalizar la relación o aceptar el duelo que supone la ruptura, debido a presiones de la sociedad, de la familia o de ella misma. Otra cuestión fundamental en este sentido es la educación desigual entre los géneros, de manera que el mundo de los afectos (del cutlivo de la intimidad) se plantea en la cultura occidental como parte de las cultura de las mujeres lo cual tiene consecuencias ambivalentes, quizá una de las más perversas sea el sometimiento en las relaciones de pareja heterosexual.
Conclusiones parecidas han sido deducidas desde un análisis antropológico materialista, poniendo de relieve un desfase cultural del concepto de amor romántico. Según estas tesis, este desfase cultural vendría derivado de la no evolución del concepto de amor, frente a enormes divergencias entre el entorno socio cultural en que se apareció (la edad media), y los tiempos contemporáneos.
Según el sociólogo británico Anthony Giddens, estas críticas han significado una transformación de las relaciones íntimas. En la sociedad occidental, a partir de mediados del siglo XX, las parejas, al abandonar los ideales del amor romántico, están configurando un nuevo modelo de amor que él llama amor confluente. Sin embargo autoras como Wendy Langford en Revolutions of the Heart, critica este tipo de afirmaciones tan generales sobre el triunfo de las relaciones afectivas igualitarias en la sociedad actual.
De mayor interés puede ser la comprensión de los vínculos emocionales a los valores de la sociedad de consumo que entiende al sujeto como capaz de elegir entre diversas opciones o el interés económico que las emociones han ganado en nuestra sociedad. Un peligro actual es la el desarrollo de sustancias farmacéuticas que, como la viagra o la oxitocina, pueden alimentar la idea de que las emociones pueden cambiarse (podemos amar más o sentir más apego, por ejemplo) con balas mágicas, es decir, con nuevos productos farmacéuticos.
Una perspectiva simplificadora de las emociones (y del amor) con reduccionismos que equiparan, de forma ultrasimplista, los comportamientos animales y humanos, pueden hacernos olvidar el gran valor cognitivo de las emociones, la capacidad para generar sociedades más sabias si las emociones se toman como informantes de procesos complejos individuales y cognitivos de los que con frecuencia no tenemos consciencia, es decir, no somos capaces de formular. Otro riesgo inevitable si se medicalizan los sentimientos es que olvidaremos que las emociones (y el amor) son productos del ecosistema humano, y que nunca --por "personal" y "subjetiva" que parezca una emoción-- será un resultado individual, sino que siempre es un producto de la interacción humana con otros humanos o con el medio en general.
Canciones
JANE SAYS
Es la historia de una mujer impotente y con la mentalidad machista inculcada desde su infancia quIen no ve la vida sin un hombre al lado así este la maltrate.
http://www.youtube.com/watch?v=-PzoKyv9fvk
NANAI
Es la posicion de una mujer realista y fuerte quien sabe que es por el ejercimiento del poder que se sobrevive en la vida que toca a los golpes pero no solo para lograr algo sino tambien para defenderse.
http://www.youtube.com/watch?v=ohR4vIO56Dc
CRAZY
Es la cancion en la que se dice la verdad sobre la condicion humana en la cual no hay cabida para la autosuficiencia ni para el ejercimiento del poder en forma individual.
http://www.youtube.com/watch?v=bd2B6SjMh_w&ob=av2e
ALL OVER YOU
En este video se muestra el bi ejercimiento del poder en las relaciones amorosas, es de esas situaciones en que el uno necesita del otro para sentirse amado y correspondido aunque esa necesidad sea a veces de maltrato o humillacion.
http://www.youtube.com/watch?v=OzwKBemT5xg
Es la historia de una mujer impotente y con la mentalidad machista inculcada desde su infancia quIen no ve la vida sin un hombre al lado así este la maltrate.
http://www.youtube.com/watch?v=-PzoKyv9fvk
NANAI
Es la posicion de una mujer realista y fuerte quien sabe que es por el ejercimiento del poder que se sobrevive en la vida que toca a los golpes pero no solo para lograr algo sino tambien para defenderse.
http://www.youtube.com/watch?v=ohR4vIO56Dc
CRAZY
Es la cancion en la que se dice la verdad sobre la condicion humana en la cual no hay cabida para la autosuficiencia ni para el ejercimiento del poder en forma individual.
http://www.youtube.com/watch?v=bd2B6SjMh_w&ob=av2e
ALL OVER YOU
En este video se muestra el bi ejercimiento del poder en las relaciones amorosas, es de esas situaciones en que el uno necesita del otro para sentirse amado y correspondido aunque esa necesidad sea a veces de maltrato o humillacion.
http://www.youtube.com/watch?v=OzwKBemT5xg
Propuesta de Habitus en Red - Movimiento Hippie
http://www.rtve.es/television/20110403/poder-redes-sociales/421888.shtml
Fue un movimiento juvenil que tuvo lugar en los últimos años de la década de 1960 y que se caracterizó por la anarquía no violenta, la preocupación por el medio ambiente y el rechazo al materialismo occidental. Los hippies formaron una contracultura políticamente atrevida y antibelicista, y artísticamente prolífica en Estados Unidos y en Europa. Su estilo psicodélico y lleno de colorido estaba inspirado por drogas alucinógenas como el ácido lisérgico (LSD) y se plasmaba en la moda, en las artes gráficas y en la música de cantantes como Janis Joplin o de bandas como Love, Grateful Dead, Jefferson Airplane y Pink Floyd.
En los últimos años de la década del ´60, comenzó un movimiento muy particular que fue conocido como “movimiento hippie”. Este movimiento, como decíamos anteriormente, se caracterizó por la anarquía no violenta, por la preocupación por el medio ambiente y por un rechazo general al materialismo occidental. Los hippies formaron una cultura contestataria y antibelicista.
Artísticamente fue un movimiento muy prolífero en todo el mundo. Su estilo fue la psicodelica y la multiplicidad de colores inspirados en la drogas alucinógenas de la época (LSD) y que se plasmaba en: moda, artes gráficas y sobre todo en la música, en cantantes como Janis Joplin y en bandas como Love, Grateful Dead, Jefferson Airplane y Pink Floyd por nombrar solo algunas; y en general en todos los ámbitos de la cultura.
En un principio el movimiento se generó en Estado Unidos para luego extenderse a Europa y a todo el mundo. El origen, fue una reacción a las profundas alteraciones que había producido la segunda guerra mundial, en la sociedad y en la cultura.
Luego de la segunda guerra mundial (1945), se habían generalizado las políticas económicas de orientación “keynesianas”, que se basaban en el impulso que el Estado (ver Estado de Bienestar) le daba a la demanda y a la organización del proceso productivo a través del “taylorismo” (organización racional y científica del trabajo) y el “fordismo” (organización del trabajo en cadena). Estas circunstancias, hicieron aumentar la productividad y a su vez abaratar costos, lo que permitió a los trabajadores, acceder al mercado de bienes de consumo durables (automóviles, electrodomésticos, etc.), como nunca antes en la historia.
Las clases medias y populares mejoraron notablemente en las condiciones de vida ayudadas por la intervención del llamado “estado de bienestar” que tenía en esta etapa una importancia preponderante. Además, el pleno empleo, el sistema de seguridad social asegurado por ese “estado de bienestar” y la transformación de algunos servicios que antes eran privados (sanidad, educación, transporte, etc) en públicos, permitió también una notable mejora en la mayoría de los trabajadores.
Estas mejoras económicas, provocó en la sociedad en general una aletargamiento y un adormecimiento en cuanto a los reclamos y las luchas obreras. Los jóvenes, a partir de la década del ´50, comenzaron a rechazar estas posiciones cómodas y burguesas. Además, se le sumó a estos conflictos, la intolerancia “macartista” en el plano interno y la guerra de Corea en el internacional.
Todas estas transformaciones en la sociedad, fueron incubando la protesta juvenil que vendría.
La década del ´60, en los Estados Unidos y en los países centrales, traería todavía aun más mejoras en lo económico. La producción industrial se incrementó durante este periodo, principalmente la industria alimenticia, junto con la producción de carbón, la metalurgia básica, los productos agrícolas y la gasolina. Comenzó así, una etapa de consumo de masas. Los electrodomésticos, el auto y el teléfono, pasaron a ser símbolos de status personal. En general, artículos que eran privativos de minorías, pasaron a ser consumidos por una gran cantidad de personas al abaratarse notablemente sus costos.
Otro síntoma de los cambios de la época, fue la significativa explosión demográfica y la fuerte crisis que sufrió la institución “familia”. La misma, dejó de ser el núcleo de contención afectiva que siempre fue, debido a un cambio de valores en la sociedad.
Dos grandes movimientos también cobraron fuerte impulso en la década del ´60: uno era el “liberación femenina” y el otro el de la lucha contra la discriminación étnica.
En ese marco, en esta década, muchos jóvenes comenzaron a ensayar experiencias no convencionales. Consideraban mediocre y aburrido el mundo “burgués” e iniciaron una búsqueda hacia una vida espiritual y en contacto con la naturaleza. A toda esta búsqueda e iniciativas de los jóvenes, se la comenzó a conocer como “movimiento hippie”.
Al “movimiento hippie” no le interesaba cambiar la sociedad, sino que lo que pretendían era cambiar la sociedad en forma íntegra. Además de los cambios en la familia y la rebelión juvenil, se sumaba la denominada “revolución sexual”. Ésta última, ocurría acompañada de las grandes transformaciones en las conductas sociales, que se trasladaron también al ámbito privado. La aparición de las píldoras anticonceptivas y su difusión masiva, también influyeron en los cambios producidos en el nivel social.
Los “hippies”, tomaron como actitud contestataria, retirarse de la sociedad a la que condenaban por actitud cómoda y conservadora. Comenzaron, entonces, a reunirse en comunas, constituidas como organizaciones libres y sin jerarquías, en total contraposición de lo que pasaba en la sociedad burguesa. Las reuniones de los hippies se volvieron cada vez más conocidas, pero la que quedó instalada en la memoria, fue el festival de “Woodstock” en 1969, en el cual se reunieron durante tres días, medio millón de jóvenes. Además, el movimiento hippie encontró en el rock, un modo de expresión inigualable, sus valores básicos fueron la tolerancia y el amor. La guerra de Vietnam, fue también un hecho clave, que mostró al movimiento en total oposición al conflicto bélico, su gran inconformismo se manifestó en diversas movilizaciones en contra de la guerra y de todo tipo de violencia.
Estilo y comportamiento: El icono hippie suele caracterizarse con un hombre de pelo largo y barba mucho más larga que lo considerado “normal” para la época. Ambos sexos tendían a dejarse el pelo largo y de imitar el estilo afroamericano.
La mayoría de la sociedad de la época, consideraba estos “pelos largos” como una ofensa, o como sinónimo de suciedad, o cosa de mujeres.
El hecho de usar el cabello largo, para ambos sexos y su forma particular de vestir, actuaba como una señal de pertenencia y una muestra de su actitud contestataria y contracultural.
Otras características asociadas a ellos fueron:
- Ropas de colores brillantes.
- Ropas desteñidas.
- Camisas largas, polleras largas, pantalones con botamanga tipo “pata de elefante”.
- Ropas indias o africanas.
- Símbolos como la flor o dibujos de los aborígenes americanos..
- Muchos se confeccionaban su propia ropa como protesta ante la cultura consumista.
- Uso de incienso y recuperación de los valores naturales de las plantas.
- Se reunían a tocar o componer música en fiestas al aire libreo en casas de amigos.
- Vida en comunas.
- San Francisco, California era la principal ciudad de encuentro para los hippies.
- Tolerancia hacia la homosexualidad y la bisexualidad.
- Amor libre: traducido en un rechazo a la institución del matrimonio y una conducta sexual contraria a las imposiciones de las Iglesias o el Estado, que eran vistas como intromisiones a la vida personal.
- Uso de drogas: marihuana, hachís, alucinógenos como el LSD, etc.
El entonces presidente Ronald Reagan definió al hippie como "un tío con el pelo como Tarzán, que camina como Jane y que huele como Chita".
Festival de Woodstock:
Fue el acontecimiento emblemático del movimiento juvenil y si queremos representar cómo fue la década del ´60, seguro que recurriremos a ese festival. Desafiante, inocente, optimista y tolerante, todo eso a la vez y muchas cosas más se pueden decir del mismo. Celebrado en una granja del estado de Nueva York del 15 al 17 de agosto de 1969. Durante tres días, a pesar de las lluvias, el barro y las instalaciones insuficientes, más de 400.000 jóvenes se abarrotaron en un encuentro que pasaría a la historia.
Joan Baez; Crosby, Stills, Nash y Young; The Who; Janis Joplin; Jimi Hendrix; Sly and the Family Stone; Jefferson Airplane y Santana, son solo algunos de los músicos que actuaron en el festival que había sido anunciado como “tres días de paz y amor”.
Estudiantes, fumadores de marihuana, residentes en comunas, profesores y hippies, en general, acudieron a la cita que fue catalogada como “una reunión de todas las tribus”, creando una de las leyendas que quedaría viva por siempre en la cultura musical y roquera.
Liberación homosexual:
Un acontecimiento, cambió algo que ya se venía dando desde la década de ´50. El movimiento homosexual era hasta entonces reducido y discreto, todavía sufría los prejuicios de la época. El aconteciendo del que hablamos, tuvo lugar en un bar (el “Stonewll Inn.”) para homosexuales del Greenwish Village, un barrio bohemio de Nueva York.
Una noche de junio de 1969, en una operación que parecía rutinaria, la policía realizó una redada en el Stonewall, debido a que el mismo no tenía licencia para vender alcohol y por esos tiempos atraía una nutrida clientela de jóvenes, ruidosos y travestis. Lo que hubiera pasado inadvertido, esa noche se tradujo en una violenta reacción sin precedentes. En lugar de dispersarse, los habitúes respondieron con ira. El disturbio duró varios días y el acontecimiento provocó que saliera a la luz, la causa por la “liberación homosexual”.
Los activitas de esta causa, influenciados a su vez por los movimientos del poder negro y la liberación de la mujer, tomaron mayor fuerza y lograron ubicarse en la opinión pública de la época.
Esta rebelión, también fue significativa para aquellos que esperaban un control menos rígido de la sociedad hacia los comportamientos sexuales y para los que esperaban que se termine con la discriminación hacia los homosexuales.
Los movimientos a favor de la liberación homosexual comenzaron a expandirse hacia las potencias occidentales. Ya Inglaterra, había despenalizado la homosexualidad y se le sumaban en 1969, Canadá, Alemania, Australia y algunos estados de Norteamérica.
Finalmente, en 1973, la Asociación Norteamericana de Psiquiatría borró de su manual de diagnóstico, a la homosexualidad como enfermedad. De todas formas, la persecución y la discriminación no finalizó allí.
Habitus - Bordieu
El habitus es uno de los conceptos centrales de la teoría sociológica dePierre Bourdieu. Por tal podemos entender esquemas de obrar, pensar y sentir asociados a la posición social. El habitus hace que personas de un entorno social homogéneo tiendan a compartir estilos de vida parecidos. Por ejemplo, en un estudio sobre lafotografía, Bourdieu y sus colaboradores encontraron que los gustos ante lo que es una foto bella u horrible están determinados tanto por el nivel educativo de las personas como por su ocupación. En su obra magna, "La distinción" (e.o. 1979) estudia los usos culturales de laFrancia de los años 1970 a partir de este tipo de supuestos.
El concepto de Habitus se remonta a Aristóteles; habitus es la traducción latina que Aquino y Boecio dan al concepto aristotélico de Hexis. El habitus como término entre por un lado el acto y la potencia y por otro lado entre el exterior y el interior. Es en Bourdieu donde el habitus va a recibir al mismo tiempo una formulación sistémica y sociológica. Este concepto sirve para superar la oposición entre “objetivismo” y “subjetivismo”. Por habitus, Bourdieu entiende el conjunto de esquemas generativos a partir de los cuales los sujetos perciben el mundo y actúan en él. Estos esquemas generativos generalmente se definen como "estructuras estructurantes estucturadas"; son socialmente estructuradas porque han sido conformados a lo largo de la historia de cada agente y suponen la incorporación de la estructura social, del campo concreto de relaciones sociales en el que el agente social se ha conformado como tal. Pero al mismo tiempo son estructurantes porque son las estructuras a partir de las cuales se producen los pensamientos, percepciones y acciones del agente. Dicha función estructuradora se sostiene sobre los procesos de diferenciación en cuanto a las condiciones y necesidades de cada clase. Ésto hace que la eficacia preponderada de las prácticas culturales asumidas como propias respecto de las que no, actúe como tamiz (Criterio de selección) de la cultura hegemónica (Reconocimiento arbitrario, social e histórico de su valor en el campo de lo simbólico) ya que, según Bourdieu, la cultura importa como un asunto que no es ajeno a la economía ni a la política.
El habitus se aprende mediante el cuerpo, mediante un proceso de familiarización práctica, que no pasa por la conciencia. Las personas estamos sujetas al tiempo, tanto que tenemos que producir nuestras prácticas en la urgencia temporal. La incorporación inconsciente del habitus supone la apropiación práctica de los esquemas que sirven para producir las prácticas adecuadas a la situación y el hecho de incorporar el interés en jugar el juego. A cada posición social distinta le corresponden distintos universos de experiencias, ámbitos de prácticas, categorías de percepción y apreciación que, al servicio del habitus del individuo, serán naturalizados y consideradas cualidades específicas de clase. El goce de lo estético y refinado del arte en la clase burguesa, por ejemplo, será considerado por ésta como una cualidad personal especial y no como resultado de unas posibilidades de aprendizaje objetiva e históricamente desiguales respecto de las clases populares. Así, el habitus naturalizaría el hecho de que el espectro de los gustos de elección de la clase popular, limitada por sus opciones económicas, será condenado a la simpleza y modestia que el habitus de las clases más poderosas les sirvan como plato único en el sistema de preferencias sociales. De esta forma, cada posición social tiene su propio habitus, creándose así un marco de cada posición social. El problema del habitus es que es bueno para explicar por qué las personas se comportan de forma parecida cuando comparten una cierta posición social, pero no para explicar por qué se comportan de forma distinta.
Propuesta Ideologica del Consumo
En la sociedad de consumo contemporánea; la persona, la empresa y el Estado pueden desempeñar la doble función de ser consumidores y agentes económicos destinados a la producción de bienes y servicios. La familia, entendida ésta desde un punto de vista económico, es uno de los grupos consumidores más importantes de la sociedad actual.
En una sociedad en la que todo o casi todo está orientado a la adquisición de productos, las consecuencias de un consumo desordenado y patológico podrían conducir a un deterioro de la vida familiar, tanto afectiva como económicamente. La mayor parte de los estudios sociológicos señalan que entre las causas de la adicción al consumo se encuentran:
La existencia de un sujeto consumidor de personalidad característica, definida como caprichosa, egoísta e impulsiva.
Una insatisfacción personal por la falta de alicientes vitales.
Un alto grado de credulidad ante los mensajes publicitarios.
Una aceptación de ciertas creencias, como que el prestigio personal depende de llevar una marca publicitaria en concreto, o de la cantidad de cosas que se pueden comprar.
Nuestros hábitos de consumo cambian fácilmente. Existe un consumismo del tiempo libre en el cual buscamos distintas actividades a realizar aprovechando las variaciones de las estaciones del año. Por otra parte, los avances sociolaborales logrados por la mujer han supuesto importantes cambios en el modo de vida familiar y en la manera en que ésta consume. Además, los dilatados horarios de trabajo y las distancias que recorremos para acudir a nuestros puestos de trabajo condicionan también los hábitos de los consumidores: muchas veces orientado al consumo de artefactos tecnológicos como mp3, celulares, juegos portátiles, etc.
Ideología y Hegemonía de Gramsci
http://www.youtube.com/watch?v=dUhCQxCEa7U&list=PL8B281F7C61587A59&index=137&feature=plpp_video
En el repaso de cómo se dan el poder y la resistencia en una determinada sociedad es imprescindible el concepto de Hegemonía en Gramsci, y el desarrollo del de Ideología que hace Althusser a través de los Aparatos Ideológicos del Estado que, si en un principio parece que reproducen el sistema de verdad de la sociedad y no hay demasiado hueco para la resistencia, al final del desarrollo teórico de estos deja un hueco abierto en el conflicto entre clases sociales. Después, al final de su vida, desarrollará un concepto de Resistencia que tiene mucho que ver con el devenir que es inmanente a lo popular, en el sentido de Bajtin, y con lo que luego será la Multitud de su discípulo Toni Negri.
La construcción de hegemonía para Gramsci es un proceso de creación de verdad y de consenso. Se trata de la capacidad de los grupos dominantes de perpetuar sus intereses de forma que las clases dominadas las perciban como intereses comunes. Es, según sus propias palabras, “el consentimiento activo de los dominados” ( en Brandt, 2005: 58), aunque esto no signifique solamente un aparente consenso sino una repetición de prácticas que pragmatizan esa aceptación de la situación imperante.
Para Gramsci, sin embargo, esta hegemonía no es algo estable, esta en permanente construcción y conflicto, y el terreno donde se dirime la lucha para que esta se concrete es la Sociedad Civil, que está compuesta para él por una serie de intermediarios entre el Estado-Nación y la Economía, aunque una crítica que se le hace es que desarrolla su teoría de la economía centrada en los estados-nación, sin dar una perspectiva global en un mundo crecientemente globalizado. (Cox, 1993: 49-66). En esta Sociedad Civil se generarían los mecanismos de poder y de resistencia que en permanente conflicto darían lugar a un pensamiento político y cultural hegemónico, y que se concretarían en una lucha social activa.
En este sentido, para Gramsci la lucha por la hegemonía supone la consolidación de una serie de marcos morales, sociales e intelectuales que construyen una determinada visión del mundo y que los dominados aceptan al igual que los dominantes. Esa visión del mundo sobre la que hay consenso sería lo que denomina Ideología. Cuando se pierde el consentimiento de los dominados eso supone que la clase dirigente solo detenta la fuerza de la coerción, pero ha perdido el control y la imposición ideológica.
Esa imposición ideológica que crea una hegemonía supone la asunción de todos los componentes de la sociedad de un consenso integral, aunque para algunos autores como Williams, esa hegemonía es una constante lucha contrahegemónica (Williams, 1980). Esa hegemonía se construye mediante tecnologías diversas, entre las que destacaba en la época de Gramsci el papel de los intelectuales como propagandistas y justificadores de la ideología. Hoy en día, ante la explosión y extensión en cada casa y en cada individuo de los medios de comunicación masiva, éstos son los principales medios de fabricación de sometimiento y aceptación del orden social.
En el caso del momento actual, en la sociedad que se va conformando a partir de los años 80, por señalar una fecha entre otras muchas posibles, la situación es diferente, pues como hemos señalado mas arriba la teoría de Gramsci se ceñía principalmente a los Estados-Nación como gestionadores de esa hegemonía, y hoy el mundo global hace que esa soberanía de los Estados y esa independencia sea relativa. En este sentido, algunos autores, como Brand hablan de una “hegemonía fragmentada”, pues la Ideología Capitalista esta siendo puesta en crisis desde los bordes, tanto por los movimientos sociales como por la relación Norte-Sur que está creando alternativas ideológicas (Brand, 2005).
En resumen, la hegemonía de un grupo social equivale a la cultura que ese grupo logró generalizar para otros segmentos sociales. La Hegemonía es idéntica a la Cultura pero es algo más que la Cultura porque además incluye necesariamente una distribución específica de poder, jerarquía y de discurso. Como dirección política y cultural sobre los segmentos sociales "aliados" influidos por ella, la hegemonía también presupone violencia y coerción sobre los enemigos. No sólo es consenso.
Por último, la Hegemonía nunca se acepta de forma pasiva, está sujeta a la lucha, a la confrontación, a toda una serie de conflictos. Por eso quien la ejerce debe todo el tiempo renovarla, recrearla, defenderla y modificarla, intentando neutralizar a su adversario incorporando sus reclamos pero desgajados de toda su peligrosidad. En este sentido, el estudio que hace el antropólogo norteamericano James Scott titulado Los dominados y el arte de la resistencia explica bastante certeramente como los grupos dominados y los dominantes están en un constante diálogo creativo que mantiene y transforma los discursos diversos.
http://poderyresistencia.blogspot.com/2009/03/31-la-hegemonia.html
En el repaso de cómo se dan el poder y la resistencia en una determinada sociedad es imprescindible el concepto de Hegemonía en Gramsci, y el desarrollo del de Ideología que hace Althusser a través de los Aparatos Ideológicos del Estado que, si en un principio parece que reproducen el sistema de verdad de la sociedad y no hay demasiado hueco para la resistencia, al final del desarrollo teórico de estos deja un hueco abierto en el conflicto entre clases sociales. Después, al final de su vida, desarrollará un concepto de Resistencia que tiene mucho que ver con el devenir que es inmanente a lo popular, en el sentido de Bajtin, y con lo que luego será la Multitud de su discípulo Toni Negri.
La construcción de hegemonía para Gramsci es un proceso de creación de verdad y de consenso. Se trata de la capacidad de los grupos dominantes de perpetuar sus intereses de forma que las clases dominadas las perciban como intereses comunes. Es, según sus propias palabras, “el consentimiento activo de los dominados” ( en Brandt, 2005: 58), aunque esto no signifique solamente un aparente consenso sino una repetición de prácticas que pragmatizan esa aceptación de la situación imperante.
Para Gramsci, sin embargo, esta hegemonía no es algo estable, esta en permanente construcción y conflicto, y el terreno donde se dirime la lucha para que esta se concrete es la Sociedad Civil, que está compuesta para él por una serie de intermediarios entre el Estado-Nación y la Economía, aunque una crítica que se le hace es que desarrolla su teoría de la economía centrada en los estados-nación, sin dar una perspectiva global en un mundo crecientemente globalizado. (Cox, 1993: 49-66). En esta Sociedad Civil se generarían los mecanismos de poder y de resistencia que en permanente conflicto darían lugar a un pensamiento político y cultural hegemónico, y que se concretarían en una lucha social activa.
En este sentido, para Gramsci la lucha por la hegemonía supone la consolidación de una serie de marcos morales, sociales e intelectuales que construyen una determinada visión del mundo y que los dominados aceptan al igual que los dominantes. Esa visión del mundo sobre la que hay consenso sería lo que denomina Ideología. Cuando se pierde el consentimiento de los dominados eso supone que la clase dirigente solo detenta la fuerza de la coerción, pero ha perdido el control y la imposición ideológica.
Esa imposición ideológica que crea una hegemonía supone la asunción de todos los componentes de la sociedad de un consenso integral, aunque para algunos autores como Williams, esa hegemonía es una constante lucha contrahegemónica (Williams, 1980). Esa hegemonía se construye mediante tecnologías diversas, entre las que destacaba en la época de Gramsci el papel de los intelectuales como propagandistas y justificadores de la ideología. Hoy en día, ante la explosión y extensión en cada casa y en cada individuo de los medios de comunicación masiva, éstos son los principales medios de fabricación de sometimiento y aceptación del orden social.
En el caso del momento actual, en la sociedad que se va conformando a partir de los años 80, por señalar una fecha entre otras muchas posibles, la situación es diferente, pues como hemos señalado mas arriba la teoría de Gramsci se ceñía principalmente a los Estados-Nación como gestionadores de esa hegemonía, y hoy el mundo global hace que esa soberanía de los Estados y esa independencia sea relativa. En este sentido, algunos autores, como Brand hablan de una “hegemonía fragmentada”, pues la Ideología Capitalista esta siendo puesta en crisis desde los bordes, tanto por los movimientos sociales como por la relación Norte-Sur que está creando alternativas ideológicas (Brand, 2005).
En resumen, la hegemonía de un grupo social equivale a la cultura que ese grupo logró generalizar para otros segmentos sociales. La Hegemonía es idéntica a la Cultura pero es algo más que la Cultura porque además incluye necesariamente una distribución específica de poder, jerarquía y de discurso. Como dirección política y cultural sobre los segmentos sociales "aliados" influidos por ella, la hegemonía también presupone violencia y coerción sobre los enemigos. No sólo es consenso.
Por último, la Hegemonía nunca se acepta de forma pasiva, está sujeta a la lucha, a la confrontación, a toda una serie de conflictos. Por eso quien la ejerce debe todo el tiempo renovarla, recrearla, defenderla y modificarla, intentando neutralizar a su adversario incorporando sus reclamos pero desgajados de toda su peligrosidad. En este sentido, el estudio que hace el antropólogo norteamericano James Scott titulado Los dominados y el arte de la resistencia explica bastante certeramente como los grupos dominados y los dominantes están en un constante diálogo creativo que mantiene y transforma los discursos diversos.
http://poderyresistencia.blogspot.com/2009/03/31-la-hegemonia.html
Análisis del Concepto de Interpelacion y Propuesta Interpelativa
Para Louis Althusser la interpelación es la operación a partir de la cual la ideología “recluta” sujetos, o más precisamente, constituye a los individuos en sujetos. El ejemplo clásico con el que Althusser ilustra esta operación es la de la interpelación policial –“¡Eh, usted, oiga!”– ante la cual el individuo que se reconoce interpelado se vuelve, asumiendo el lugar desde donde se lo interpela, asumiéndose sujeto a este lugar.
Hay individuos que se pasean. En alguna parte (generalmente a sus espaldas) resuena la interpelación: “¡Eh, usted, oiga!”. Un individuo (en el 90% de los casos aquel a quien va dirigida) se vuelve, creyendo-suponiendo-sabiendo que se trata de él, reconociendo pues que “es precisamente a él” a quien apunta la interpelación. En realidad las cosas ocurren sin ninguna sucesión. La existencia de la ideología y la interpelación de los individuos como sujetos son una sola y misma cosa. (Althusser 1969)
Es entonces a partir de una operación de interpelación que el individuo se reconoce como sujeto en relación a un objeto de saber que le resulta valioso y es en función de reconocerse en este lugar que buscará apropiarse del mismo. Reconocerse en el lugar de aquél a quien se le habla es también reconocerse en la descripción que de éste se propone: reconocer que se me habla a mí, que el saber que se propone me concierne, pero también reconocer que yo soy ese a quien se le habla, con los atributos que se le asignan. Es por esto que la interpelación y el reconocimiento implican también una construcción imaginaria de sí concordante con aquella propuesta por quien interpela.
¿En qué momento es un acto de desinteligencia acudir al llamado de la interpelación?
Un ejemplo de desinteligencia al acudir al llamado de la interpelación es cuando el cuerpo y las emociones reaccionan ante un insulto hacia la propia persona, porque se puede llegar a tener una respuesta con las reacciones y consecuencias deseadas, pero puede que no sea así, y si no se tiene inteligencia emocional para manejar determinadas situaciones muy seguramente el efecto que se cause no es lo que se quiere. Si se reacciona violenta o agresivamente se es desinteligente ya que el objetivo deseado no se lograra, a menos que este sea simplemente devolver de la misma manera y rebajarse a la actitud del otro.
Teoria Capitalista del Consumo
Usualmente los análisis del capitalismo se centran en la explicación de la naturaleza de la propiedad, las relaciones laborales y la estrategia de intercambio a través del mercado. Sin embargo, al cuestionarse la realidad del capitalismo desde la práctica del consumo se logra entrever como este sistema no es sólo una relación de producción, las estructuras de circulación y consumo de mercancías son tan fundamentales para la existencia y reproducción como la misma contradicción entre el capital y el trabajo. Ello se logra entrever en la medida que el consumo se constituye como parte fundamental de la relación laboral, por que es el que permite la reproducción material y mental que garantiza a los asalariados ir día a día a su lugar de trabajo, ademas de ser la base en las sociedades contemporáneas de el consumismo, pilar ideológico que sustenta y legitima la existencia del capitalismo.
Lo interesante es descubrir que el consumo, como el capitalismo, no es una experiencia únicamente material, por lo tanto mucho menos económica, sino que recubre toda una serie de dinámicas éticas, estéticas, políticas y demás que hacen de este una realidad amparada y promovida por el estado, la iglesia, la educación familiar y colegial, y hasta las instituciones mas invisibles como la amistad y el amor. El consumo es la posibilidad que ofrece el capitalismo para solucionar las necesidades, pero como el capitalismo no solo genera necesidades materiales, también es un ámbito en el que se construyen y dinamizan identidades personales y grupales. Por ello, y solo como una provocación para el debate, en las siguientes lineas se trataran de identificar algunas de las características que tiene el consumo dentro del capitalismo, solo para poder imaginar algunas tácticas que permitan escaparnos del consumo capitalista, dirigiéndonos hacia una sociedad en que el intercambio de diferentes productos este enmarcado en dinámicas mas conscientes, horizontales y solidarias.
Lo interesante es descubrir que el consumo, como el capitalismo, no es una experiencia únicamente material, por lo tanto mucho menos económica, sino que recubre toda una serie de dinámicas éticas, estéticas, políticas y demás que hacen de este una realidad amparada y promovida por el estado, la iglesia, la educación familiar y colegial, y hasta las instituciones mas invisibles como la amistad y el amor. El consumo es la posibilidad que ofrece el capitalismo para solucionar las necesidades, pero como el capitalismo no solo genera necesidades materiales, también es un ámbito en el que se construyen y dinamizan identidades personales y grupales. Por ello, y solo como una provocación para el debate, en las siguientes lineas se trataran de identificar algunas de las características que tiene el consumo dentro del capitalismo, solo para poder imaginar algunas tácticas que permitan escaparnos del consumo capitalista, dirigiéndonos hacia una sociedad en que el intercambio de diferentes productos este enmarcado en dinámicas mas conscientes, horizontales y solidarias.
La economía del consumo
El consumo nace de la misma realidad del capitalismo, ya que el trabajador pierde el control de lo que produce, y por lo mismo, debe buscar conseguirlo vía de intercambios monetarios. Antes se producía lo necesario para consumir sin necesidad de buscarlo aparte, pero ahora cuando la mayoría ni siquiera producimos nuestros alimentos, estamos restringidos a los ciclos del mercado para conseguir lo necesario para sustentarnos. Reproduce constantemente la existencia de la propiedad privada monopolizada por pocos en la medida que son precisamente los dueños de los medios de producción los que se benefician del consumo, ya que ellos son los que se encargan de vender la mercancía y quedarse con la ganancia, mientras el que solo se beneficia del salario sigue dependiendo de la compra. Esta realidad aparece presentada por sus propagandistas como la inmejorable libertad de elegir, tanto en que emplearse como que comprar, constituyendo este precepto como la mentira angular del sistema. Esa supuesta libertad de elegir está restringida por la misma dinámica de desigualdad y explotación a la que se ven enfrentados los trabajadores. Poder elegir está directamente relacionado con la capacidad para comprar, de tal medida que si no tienes dinero tampoco tendrás posibilidad de elección. Esa relatividad es la que precisamente constituye el sueño del capitalismo: la posibilidad que todos seremos multimillonarios, exitosos y renombrados, cuando al final este sueño solo es el incentivo que tienen los trabajadores para romperse la espalda en el trabajo esperando un mejor mañana. Lo innegable es que ese sueño es contradictorio, la misma existencia de la propiedad privada garantiza que el acceso esta restringido, y aunque eso abra la posibilidad de ascenso algunos, ellos podrán ser menos pobres, pero no menos responsables de una estructura económica que se basa en la exclusión de las mayorías de la riqueza. Aun así hay que recordarlo hasta saciar, si todos pudiéramos ser ricos, no existirían ricos, y esa no es la utopía del capitalismo.
Como para el capitalismo es fundamental el consumo, se ha encargado de generar una practica de acuerdo a sus necesidades, el consumismo, que ha logrado constituirse como estrategia para mantener la subsistencia y su crecimiento del sistema. No es cierto que el consumo se rija únicamente por la lógica del mercado de oferta y demanda, es decir, al consumidor no solo le afectan los productos que están en el mercado y que puedan accederse sino también los imaginarios que tiene de los productos. No compramos por precio únicamente, compramos por cultura, y esta evolución del consumo es la que se ha encargado el capitalismo de explotar al punto de volver las necesidades tan relativas que se convierten paulatinamente muchas de ellas en artificiales. Esa maquina insaciable de conseguir mercancías es precisamente la que se entiende como consumismo.
La base por lo tanto de las motivaciones que llevan a la compra ya no solo están definidas por las necesidades de reproducción material sino ademas por el placer y la satisfacción que genere el producto. Esta cadena de variables lleva a que se olvide el valor real de los productos y se acepten nuevos precios mas altos que no tienen que ver tanto con lo que se requiere para fabricar la mercancía sino lo que simboliza culturalmente ella. Ese gusto, que es más cultural que físico, define entonces los criterios para el consumo, y se constituye no solo por el grupo social al que se pertenece sino también al que se quiere pertenecer.. La distinción de lo que se consume se define por el grupo en el que las personas van construyendo sus identidades..
Esa tendencia al consumo como construcción de identidades debe tener un asidero monetario, por que lo que compras vale. Para pagarlo el capitalismo propone dos vías: el salario y el ahorro. Como el salario normalmente es pequeño no alcanza ni para comprar todo lo que se requiere y mucho menos para ahorrar. El crédito, como ahorro obligado a largo plazo, aparece como opción para el consumo, lo que no avisa es que no solo es una estrategia para reducir el salario a largo plazo (tendrás que pagar a como de lugar), sino ademas una dinámica práctica de disminución de los pocos bienes que tienen los trabajadores ya que tarde o temprano los intereses harán que tengas que buscar otras formas que el salario no alcanza para pagar (y a vender lo poco que tienes, si no igual te lo embargan). El endeudamiento no solo es una ilusión, sino ademas es un arma de constante acumulación para quienes mantienen su propiedad bien privada.
Así, el consumismo como practica libre solo es posible para los que tienen el capital para ello, siendo para el resto de la población únicamente una esperanza de llegar a tener algún día como acceder a ello, mientras siguen trabajando sin recibir lo que merecen por su esfuerzo. Para ellos el consumo en su mayoría resulta uniformado, resultado de productos estándar para gente que no puede acceder a productos “diferentes”.
Pero al hombre de a pie no solo le afecta la propiedad de los medios de producción monopolizada por los pocos, sino también los circuitos de distribución de las mercancías. Esto es así por que ese espacio de intermediación entre el productor y el consumidor esta atravesado por especuladores que hacen del comercio su forma de vida generando su ganancia del bolsillo del consumidor. En ocasiones esta intermediación hace no solo que el producto sea mas caro sino, en especial para los pequeños productores agrícolas, que el productor no reciba precios justos para su carga.
Las condiciones de producción y distribución de alimentos se articulan entonces de tal forma en donde la ruleta de la fortuna solo beneficia a los acaudalados, mientras los menos favorecidos siguen restringiendo sus deseos con la ilusión de un día satisfacerlos.
La estética del consumo.
El consumo en la sociedad capitalista aparece ante los ojos de los incautos como un espejismo visual. Basa los criterios de elección sobre unos criterios visuales y morales que, por no ser adecuadamente informados en su esencia, terminan siendo mas aceptados por actos de fe impuestos por las estrategias de propaganda y publicidad. La decisión antes de estar atravesada por el conocimiento de las diferentes variables que afectan al producto (relaciones y forma de producción, salubridad, responsabilidad etc...) termina siendo tomada por que tan de moda este el producto, cuan recordado sea el eslogan de su promoción, o que tan identificado me quiera sentir con quien hace la propaganda de este. Es precisamente este momento del desarrollo del capitalismo en que la consolidación de la industria de los medios de comunicación se convierte en herramienta fundamental para incidir en los hábitos de consumo, en la generación de identidades a partir de ellos y en el posicionamiento de productos que sin tal capacidad de propaganda nunca habrían tenido la posibilidad de ser comercializados (recuérdese por ejemplo las franjas de tele-ventas). Esto es tan cierto al punto que sin estas tecnologías de la propaganda el capitalismo tendría gran dificultad para generar tal nivel de compras de masa.
La más patética demostración de esa utilización de la persuasión para lograr hacer consumir se demuestra en la herramienta del mercadeo por excelencia: La televisión. ¿Acaso no es necesario para comprobar esto solo ver la inacabable cadena de comerciales con los que se financia esta industria?. De forma paradójica termina el tele-vidente viendo programas para “entretenerse” como excusa para que los anunciantes de productos puedan incidir en su consumo. Lo complicado es que con el poco espacio que le deja a la reflexión la tele, las mercancías no solo son los productos de los comerciales, sino se da una paulatina mercantilización de los estilos de vida, las identidades sociales, los esquemas políticos y sociales, convirtiendo al vidente en un receptor de tele-estereotipos . Esa industria del entretenimiento no solo nos construye deseos y necesidades a satisfacer, sino que nos construye una única estética de como deben ser esas necesidades. Lo bello, lo claro, lo simétrico, lo extranjero, lo delgado, lo “practico”. Todo eso va configurando un portafolio de formas, colores, olores, textura, que definen lo que debemos comprar.
De las mejores puestas en practica de ello es la comida. De los lugares que en los últimos años ha tenido mayores cambios ha sido precisamente el de la distribución de la comida, dejando atrás, cada vez más, la pequeña tienda y la plaza de mercado por la infraestructura de los Supermercados, los que se han convertido en el lugar por excelencia de distribución de los productos promocionados en los medios de comunicación. Lo interesante es que esos lugares colaboran en el posicionamiento de los productos y en la generación de los patrones de consumo. Basta con recordar la organización de los productos, las góndolas de promociones y lxs impulsadores dando muestras gratis. Pero unos y otros, medios de comunicación y supermercados, siguen una misma lógica estética: los productos frescos y saludables normalmente son productos sin arrugas y brillantes, con formas geométricamente perfectas y hasta con olores estandarizados: el sueño perfecto de la isla paradisíaca. Lo absurdo es que el mundo, por mas que no lo queramos ver así, no es brillante, liso, redondo, el mundo tiene tal variedad de formas, sabores, colores, olores y demás que poder encontrar formas perfectas es un lujo o una suerte. Pero eso no es problema para , porque para poder hacerlo mas cercano a lo que consideran perfecto se ha logrado desarrollar una industria de la manipulación genética que hace lo que la naturaleza no puede: darle gusto al hombre.
A eso es a lo que nos han acostumbrado: a comida artificial, creada en laboratorios y de la que aun no sabemos cuales serán las consecuencias tanto para nuestro cuerpo como para nuestros descendientes (variar la genética de los alimentos podría estar variando también la nuestra propia). Pero mas allá de lo grave que resulta para nuestra salud, lo que es seguro es que nos estamos negando la posibilidad de entender el mundo mas allá de esquemas prefabricados para entenderlo, y la capacidad de asombro la perdemos buscando un mundo desde una cuadricula racional con la que le medimos desde nuestra cabeza. Estamos reduciendo ademas sustancialmente las posibilidades de conocer nuevas cosas, ya que muchas de ellas no están insertas en este estereotipo de belleza.
Cabría anotar en este punto que ahora los grandes supermercados se están convirtiendo no solo en grandes empresas del sector de servicios, sino cada vez más en articuladores de una industria de la producción que ellos controlan con la constitución de las marcas genéricas. Ellos no son dueños de los medios de producción, pero al monopolizar la distribución estipulan los precios que deben seguir tanto consumidores, obviamente, pero también los que producen. Así se convierten en una suerte de monstruo maquilero, que controlar las cadenas de producción, que son sus apéndices, para marcarlas con su nombre particular y lograr ellos la ganancia. Esta es una aversión extraña del capitalismo, en donde sin necesidad de ser el dueño de los medios de producción, sino con la sola posibilidad de movilidad del capital, sumada a al control de la distribución, se logra controlar una linea de producción y distribución.
Habrá que pensar un poco en la obsesión con la limpieza y los colores claros, con la búsqueda de pureza en una sociedad que no se atreve a ensuciarse las manos, tal vez aun creyendo que este sigue siendo un símbolo de gente plebeya. En una sociedad que se obsesiona con las normas de higiene comprando tetra-pack y productos científicamente garantizados pero no con sistemas de prevención e intervención en salud para toda la población. Una sociedad que le teme a la basura, considerándola desechos, sin siquiera volver la vista a las posibilidades de los residuos y a la responsabilidad que se tiene con el planeta. Cabría ver que tan superficial es nuestra estética, pero ademas que tan participes hemos sido de decidir sobre el gusto y el disgusto de lo que consumimos.
La ética del consumo.
Si hay una practica que más pueda caracterizar el capitalismo es precisamente la del consumo: nuestra sociedad esta basada en la satisfacción del placer privado, de las necesidades individuales y de los deseos egoístas. Esa caracterización es la que ha garantizado que el capitalismo sobreviva entre un mundo de mujeres y hombres que quieren casi acabarse los unos a los otros, malévola figura del mundo para hombres auto-suficientes.El tiempo es corto, la vida es corta, hay que hacer todo rápido, y eso esta claro en la nueva forma de consumir: mas allá del deleite de los sentidos lo importante es lo “práctico” que resulte lo que compramos. No hay tiempo para reflexionar si lo que comemos es saludable, respetuoso de la naturaleza, justo en la forma de producir o distribuir, no, lo único que hay es tiempo corto para pasar de un consumo a otro: Consumo de comida, consumo de cultura, consumo de sentimientos. Vive la vida y deja que los demás la vivan a su vez; con esa máxima se nos cercena la posibilidad de observar con quien la vivimos, que desea y que necesita... vive la vida y satisface tu cuerpo, y el placer lo encuentras en la compra, no en el producto. Gastar es la consigna, no importa que llegues a usar o a disfrutar el producto, cuando la mercancía es el fetiche se desplaza la satisfacción de la necesidad a la satisfacción del fetiche.
Hacerlo solos, hacerlo rápido, hacerlo pronto, eso es posible por que mediante el consumo estas maximizando tus beneficios independiente de cual sea el costo de la transacción. Filosofía barata que solo sirve a quien puede gastar. Quien no, aun cuando trata de imitar siempre se encuentra con la realidad ética del capitalismo: en él no hay una proyección del individualismo de todos, en este sistema solo pueden satisfacer sus deseos unos pocos individuos, el resto estamos en las bambalinas de los supermercados, en las afueras de los centros comerciales, en las puertas de las grandes tiendas, creyendo que un día podremos satisfacer nuestros deseos. Lo triste es que no es así, este sistema no es realmente un sistema individualista, es un sistema para algunos pocos individualistas.
Creer en la belleza de un capitalismo en el cual todos según nuestras habilidades podemos ingresar libremente al mercado, es creer en un sistema inexistente en donde las habilidades no son suficientes aun se las tenga, ya que conseguirlas también cuesta, donde las influencias de los poderosos les permiten incidir en los negocios, donde el estado protege al mejor postor, donde aprovechar las oportunidades no solo es un problema de decisión, es un problema de tener las dichas posibilidades.
Entonces el consumo se vuelve una experiencia mental en muchos casos, una proyección mas que una realización. Con el consumismo se pone más importancia a los deseos y necesidades irrealizables, y esta esperanza se convierte en el motor que incentiva a conseguir los recursos necesarios para acceder a los productos, esto de entrada hace que se acepte la relación laboral y la explotación. El consumo, o mejor la intención del consumo que en el presente es irrealizables, es uno de los mecanismo que de mejor forma legitima el capitalismo
Pero el consumo no solo esta restringido a los bienes, también esta incluido en los servicios, y en este campo es que se sitúa la industria de la diversión y del tiempo libre: Sin notarlo siquiera estamos siguiendo patrones de diversión que llegan efectivamente a nosotros por nuestros ojos: Licores, drogas, discotecas, juegos de video, paseos por centros comerciales, hacen de la moderna ocupación del tiempo libre una empresa tan grande como la de los bienes materiales. Y acá la diversión es un ejercicio de alienación algunas veces individual, otras veces colectiva, en que se implanta la conducta que dicta que el ocio es un tiempo pasivo, un tiempo de no pensar, un tiempo de desconectarse. En el capitalismo el ocio como consumo es un acto en el que el usuario se convierte en espectador, en que su participación esta restringida a la compra, y del cual solo queda
la obsesión de pronto volver nuevamente a convertirse en espectador.
Pero no es de extrañarse, el consumo de diversión es necesario en el capitalismo por que nos hace creer que sí trabajamos es precisamente para tener este tiempo como espectadores, por que mientras trabajamos somos tan activos que el cansancio merece tener su solución, quedando como si la función del trabajo es tener la posibilidad de no hacer nada cuando no estamos en él. Vaya mentira, precisamente el cansancio hace parte de la explotación de la que somos victimas, y si como trabajadores fuéramos dueños de nuestro trabajo, es seguro que no tendríamos que cansarnos tanto para poder sobrevivir, y que teníamos mas tiempo libre para variar la actividad. El descanso y el ocio son practicas que necesita un sistema como este, no sujetos que en su tiempo por fuera de trabajo estén creando.
Lo mas interesante es que con la diversión también se dibuja la falacia de la libre diversión: consumimos ocio decidiendo que queremos. Solo para ser claro quisiera utilizar un ejemplo: la popularización del DVD y la masificación de su utilización gracias a la piratería. Saliendo a la calle un fin de semana nos divertimos mientras escogemos una buena película para ver, pero ¿Es esto una realidad? ¿la piratería permite al consumidor ver lo que quiera o lo que la industria cinematográfica produce?. Esto no tiene nada que ver con si nos gusta o no el cine que vemos, sino si tenemos la posibilidad real de elegir
Por último quisiera hablar sobre uno de los mas graves ejercicios del consumo capitalista, y es la practica de el usar y tirar. La sociedad de supuesta abundancia en la que vivimos ha producido una serie de tecnologías que han hecho de las mercancías unos objetos de producción tan masiva que aparentemente permiten el uso casi ilimitado de ellas. Pero los recursos de los que se fabrican no son ilimitados, y mucho menos la fuerza del trabajo utilizado en ellas. La abundancia está basada en la innecesaria y perjudicial utilización escandalosa de recursos naturales renovables y no renovables con un costo no solo en cuanto a la extinción de estos recursos sino los daños colaterales al medio ambiente. Usar y tirar ademas es no detenerse en las condiciones propias en que se ha producido, es satisfacer únicamente el momento y el deseo sin tener en cuenta las posibles consecuencias a largo plazo que tiene nuestra practica de desecharlo todo.
La ruptura del consumo, la construcción del intercambio horizontal y solidario.
Es acaso el consumo un problema?: Si. El consumo como forma irreflexiva de acceder a productos que no podemos crear; el consumo como forma de garantizar la propiedad privada y la acumulación generada por ella; el consumo como ilusión de poder acceder a productos que solo algunos pocos puede realizar; el consumo como practica alienante, como ejercicio que pasma la creatividad por la inactividad. Pero hay que ser claros en una cosa: el problema del capitalismo no es únicamente el consumo; La propiedad monopolizada, los medios de producción colectiva privados, la explotación de la mano de obra, la monopolización de los productos, en fin, estos y más son graves estructuras que se mantienen articulándose en la forma económica conocida como el capitalismo. Y al capitalismo no hay que reformarlo, al capitalismo hay acabarle.
No podemos mantener una forma de producción que privilegia la avaricia a la satisfacción de las necesidades generales, que garantiza la abundancia privada a costa de la escasez pública y, más que todo, de un sistema que convierte al hombre en mercancía, y a las mercancías en fetiches. Ni el hombre es transable ni los productos son iconos idealizables. El hombre está en la tierra para ser feliz, y eso solo es posible garantizando mínimos niveles de armonía con sus congéneres y una férrea atención a los efectos de su actuación sobre la tierra. Solo la solidaridad, el apoyo muto y la defensa de la autonomía construirá esos mínimos de armonía, y solo la acción creadora y no humano-céntrica le permitirá al hombre reconciliarse con el ambiente.
Es precisamente desde la puesta en practica de nuevas formas de adquisición de productos como se debe iniciar el camino hacia la destrucción definitiva del capitalismo, o por lo menos ese es el lugar que tenemos como consumidores. Debemos lograr hacer de las necesidades básicas una condición de encuentro entre productores y consumidores; habrá que superar el negocio como incentivo a esta relación, y construir diálogos en los que no solo se reconozca la voz del otro sino ademas se vayan encontrando puntos de convergencia para reconocerse como humanos mas que como sujetos económicos. Allí tendremos que solucionar de alguna forma la tensión existente entre las necesidades y deseos personales, y, las posibilidades e inquietudes sociales. Una sociedad no capitalista debe permitirle al individuo satisfacerse en la misma medida que le permite a la sociedad satisfacerse.
Se debe cambiar de la primacía de la ganancia y el lucro privado a la suficiencia en el abastecimiento de productos para la gente. Antes que la ganancia debe primar la necesidad. Hay algunas cosas que no pueden monetizarse, estas deben ser parte de la conciencia de reproducción como especie, entre otras el consumo de alimentos, la casa, la movilidad, la salud.
Hay que superar la ilusión de estar eligiendo por el hecho de que haya productos diferentes a escoger, por la posibilidad de tener la información completa no solo de los precios del producto sino de las condiciones de producción, las relaciones laborales en que se elaboraron, los insumos y sus implicaciones. Libertad de elegir es poder crearse un juicio autónomo sobre el producto, el productor y la relación de intercambio. Libertad es saber fielmente las consecuencias de la producción de un producto, y las implicaciones que para la salud estos tengan.
Finalmente libertad de conseguir productos es poder tener el control sobre la decisión de que se quiere, hacer parte activa en su consecución y reconocer que los productos antes de ser mercancías son elaboraciones de hombres y mujeres que comparten su tiempo de vida con nosotros a través del producto. Mas allá de la compra entonces deberíamos estar aprovechando este compartir.
Precisamente compartir y no negociar es una de las claves para acabar con el sistema capitalista.
Por una sociedad sin explotación y monopolios, sin especulación ni privaciones, la mejor forma es tomar las riendas del futuro, empezar desde nuestras posibilidades e ir tejiendo en la practica gérmenes de la sociedad que deseamos. Cuando menos nos demos cuenta otras personas con sus gérmenes serán la excusa para proponer una nueva forma de relacionamiento social.
Por eso le apostamos a un colectivo de consumo solidario, cociente y transformador. Por eso seguimos Mercando Juntos.
http://www.anarkismo.net/article/13360
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